Salida al Cerro Aspero – Sierra de los Comechingones – Córdoba

Este es un sucinto raconto del paseo por la sierra de los Comechingones que hicimos durante Octubre de 2002.

Los que viajamos fuimos:


Diego Levy y Loli (SW4 Blanca)
Pablo Perez e Isa (SR5 Verde)
Gaby Villario (Overfilt) y Tiqui (SW4 Perlada)
Javier Pla y Paula (Hilux Limited Perlada)
Sergio Solari y Paco (Hilux Azul)
Carlos Correia en solitario... (Hilux Blanca)
Andres G. y Sebas Bagnatto (Hilux Plateada)

Grupo nuevo, experiencia antigua. Así se podría resumir perfectamente este viaje, realizado por los integrantes del recientemente formado Adventure Team. Provenientes todos de distintos orígenes, pero con un objetivo en común (Disfrutar del turismo no convencional a bordo de una 4x4) los 10 integrantes del TAT se encontraban en un cabildeo que posteriormente daría nacimiento a la primer travesía del grupo y a la formación del mismo.

Lo que para algunas personas suelen ser normas impuestas, para otras son las normas más básicas de la convivencia grupal. El claro entendimiento de este tema permitió que todos disfrutáramos por igual de este viaje, sin más preocupaciones que las asignadas a cada uno desde la organización.

La mayoría de nosotros nos habíamos conocido durante un viaje previo a Mendoza, en el que la organización y coordinación dejaba mucho que desear y fue precisamente éste el motivo para que todo estuviera tan ordenado y medido hasta la milésima de segundo.

El recorrido elegido era un clásico del 4x4 cordobés, conocido como el Camino del Cerro Aspero, que no es más que una huella minera de anterior a la guerra... la primer guerra mundial y que fuera abandonado hace ya varios años. En la actualidad, este camino es transitado por aventureros de todo tipo, ya sea haciéndo trekking; en moto o en camioneta 4x4.

El atractivo particular de este circuito es la existencia desde hace ya 6 años, de un refugio construido en las ruinas de la antiquísima ciudad minera, donde es posible pasar la noche y disfrutar de alguna suculenta cena preparada por el autor de esta utopía hotelera, de nombre Carlos Serra.

Desde este refugio es posible visitar distintas atracciones que se presentan en la zona, tanto a pié como en vehículo, tales como las cavernas de las minas de tungsteno abandonadas, visitar cascadas y acantilados con definitivo atractivo turístico.

El recorrido del circuito puede realizarse en su dirección original, de Sur a Norte, tomando como punto de partida el poblado de Río de los Sauces, crecano a la ruta 7, unos 70 km al Norte de Río IV. El punto de salida del circuito original es el pueblo de La Cruz. Quienes optan por ingresar desde el norte y salir por Río de los Sauces llaman al recorrido: Orepsa...

 

Existe una variante adicional a este recorrido, que implica salir hacia el oeste, para el lado de la provincia de San Luis, y arribar a la hermosa ciudad de Merlo. Esta alternativa quedaría pendiente para la próxima visita.

La geografía del lugar es la de la típica serranía cordobesa, con colinas verdes y repleta de valles profundos, por donde corren cristalinos ríos y arroyos. Recorrerla era nuestro objetivo.

El grupo partió desde Buenos Aires el día Viernes por la tarde, con el objetivo de llegar a Río IV a las 20 hs, para poder cenar y descansar tranquilos. El hotel Menossi nos proveyó de alojamiento y la mejor cena que puede obtener un turista en Río IV está con seguridad en la Parrilla El Lazo.

Arriba todo el mundo a las 6 am, para partir de Río IV hacia el norte. Las mujeres, un poco remolonas, protestaban por la radio a medida que nos acercábamos a Rio de los Sauces, en cuya entrada nos recibía un hermoso puente de piedra que permite el paso por arriba del río homónimo.

Unos kilómetros más adelante, el camino comienza a complicarse, hasta que resulta necesario colocar la baja para poder continuar avanzando. La parte entretenida comienza justo después de pasar un puesto que se encuentra a la vera de un arroyo muy calmo.

Gran parte del viaje se centra sobre un camino en pendiente ascendente, con una dificultad regular y que desemboca a metros del punto más alto del Cerro Aspero. Una vez alcanzado este punto, comienza una pronunciada bajada por un camino de un interminable Zig-Zag.

Es necesario circular por éste con extremada precaución, debido al inmenso tamaño de las piedras que componen esta huella. Resulta increíble imaginar que hace 90 años se extraían minerales por esta vía a bordo de los vehículos disponibles en la época. Igualmente increíble resulta el hecho de tener que transitar más de 4 kilómetros de Zig-Zags, para avanzar solamente 400 metros en línea recta.


Una vez culminado el recorrido en bajada hasta el valle donde se encuentra el refugio, apagamos los motores y nos preparamos para disfrutar de dos exquisitos pollos al disco de arado, a cargo del cocinero de campaña, Sebastián Bagnatto. El almuerzo estuvo regado de vino tinto y cerveza, relax permitido gracias a que el grupo pasaría la noche en el refugio.

Luego del merecido descanso, con siesta a la sombra del sauce, paseos por el arroyo y charlas entre amigos, los hombres encaramos hacia la mina abandonada, a donde pensábamos ingresar para pasear un poco y de paso probar el visor nocturno que habíamos llevado.

El paseo por la mina fue muy entretenido y llegamos a meternos más de 300 metros dentro de la caverna y hasta subimos un par de niveles, pero al parecernos algo inseguro (y al adolecer de un poco de hambre) decidimos regresar.

La cena estuvo muy buena, y luego de un rato de cartas, charlas y anécdotas nos fuimos a dormir.

Al día siguiente la partida fue más relajada, saliendo del refugio a las 10 am, con el objetivo de llegar hasta La Cruz cerca de las 14 hs.

La salida del refugio hacia el norte se hace a través de un vado, que en esta oportunidad se encontraba bajo de nivel y por lo tanto fue bastante fácil de cruzar. Luego, una trepada muy interesante sobre un terreno de piedra muy despareja y curvas muy cerradas y erosionadas, producto de las lluvias y de la falta absoluta de mantenimiento del camino.

En algunos casos era necesario encarar varias veces la misma curva, ya que no era posible pasar sin examinar concienzudamente el terreno. El llegar al abra de esta primer subida, encontramos una gran piedra que se había deslizado desde la ladera de la montaña, dejando un ancho de camino en el que apenas pasaban las camionetas. Los copilotos pusieron manos a la obra y aportaron las indicaciones pertinentes para permitir el paso por el incómodo lugar.

El avance continuó lentamente hasta llegar a un pequeño bosque que el camino atraviesa, donde encontramos una enorme zanja en medio del camino, en la cual se puede practicar sin problemas el balanceo producto del cruce de ejes. Hicimos un break para tomar café y sacar fotos, y continuamos avanzando.

Una vez alcanzado el camino mejorado, comenzamos a incrementar el ritmo, impulsados por los ánimos rallyísticos de Diego Levy (Copiloto de Rally en sus ratos libres). Curvas y contra curvas, bajadas y subidas fueron disfrutadas como si se tratara de un super-prime del Rally Nacional.

Llegamos a La Cruz un poco hambrientos, y nos detuvimos en un almacén, donde Sergio Solari y Paco compraron unas riquísimas empanadas, que sirvieron de tente en pié hasta llegar a Embalse, donde disfrutamos de un suculento almuerzo, a eso de las 3 de la tarde.

Terminado el almuerzo, partimos por la ruta con un ritmo parejo, para llegar a Buenos Aires en horarios razonables. Una copiosa lluvia nos acompañó durante todo el viaje, pero no fue suficiente para aplacar los exaltados ánimos del grupo, ni su felicidad tras una travesía muy entretenida, instructiva y en paz.

TOYOTA ADVENTURE TEAM