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Cada vez que nos juntamos comentamos el escaso nivel de actividad off-road que se desarrolla actualmente. Casi siempre coincidimos en que uno de los factores limitantes es el economico, ya que el precio de los combustibles, repuestos y lubricantes se han ido al demonio. Eso pareceria explicar en parte la apatia generalizada y la falta de entusiasmo por salir aunque mas no sea a barrear un rato a Talavera. Pero tambien hay que admitir que una de las principales razones de la falta de salidas programadas es que hay cada vez menos iniciativas de la gente que historicamente armaba cosas importantes, y que nos quitaban el sueño una semana antes de partir pensando en los viajes y lugares que hariamos junto a ellos. Y no los culpo, todo lo contrario, hay que
agradecerles todo el trabajo que se tomaron para que muchos de nosotros
hicieramos nuestras primeras armas en el 4x4. Hablo de los bipedos como Santiago Larroquette, que ademas de dominar su moto con maestria, reconoce los terrenos a veces mejor que los propios lugareños, y sabe "leer" el terreno de una manera sorprendente; o Pepe De Lisio, que ademas de ser por afano el mas rapido es un guia espectacular; y Damian Domber que ya aprendio tanto de camionetas que tiene perfectamente claro por donde meter una caravana de chatas sin tener que bajarse ni a mirar el camino. Y hablo tambien de Javier Pla, que demuestra
cada vez que salimos que conoce a fondo los lugares que transita, su historia,
su geografia y geologia, y que sin dudas en poco tiempo sera una fuente
de consulta casi obligada antes de encarar una travesia. Por todo esto es que una de las principales satisfacciones que me traigo de este viaje es la renovada esperanza de que las ruedas se seguiran moviendo, y que cada vez tendremos mas y mas propuestas para viajar, conocer y disfrutar de nuesto pais. Capitulo 1: Rinoceronte Pequeño se pone en marcha Esta salida se armo casi en 1 semana. La estuvimos pensando un rato con Nestor, y de inmediato nos entusiasmamos y se armo la salida. Lamentablemente el Comandante esta vez no fue de la partida porque no le dieron el alta medica, asi que me dejo con el honor de ser el unico que ha participado en las 4 salidas mixtas: Pampa del Rayo, Bandidos Rurales, Techo-3 y Rinoceronte Pequeño. Despues de algunas bajas de ultimo momento, la banda quedo conformada por 6 bipedos y 4 sapiens: Santiago, Pepe, Damian, el Doc, Actitud
23 y Bindela, por los bipedos. Capitulo 2: Objetivos del viaje Como desde el Ozi todo parece facil, nos
pusimos unos objetivos bastante exigentes. En una primera etapa pretendiamos
unir el Valle Hermoso con el Valle Noble. Y en la segunda etapa queriamos
llegar lo mas cerca posible de Laguna Negra desde el norte, por Poti Malal. Capitulo 3: Por que se llamo Rinoceronte Pequeño? Cada una de las travesias anteriores estuvo bautizada en honor al destino que perseguiamos. Pampa de Rayo, Bandidos Rurales y Techo-3. Pues resulta que para esta 4ta salida el nombre debiera haber sido "Uniendo los Valles Hermoso y Noble y Laguna Negra desde Poti Malal". Un embole. Hasta que de la mano de un hecho que nos hizo reir mucho, resulto el nombre de esta 4ta salida conjunta. Resulta que el viernes a la noche dormimos en Malargue en un hotel muy bonito. Cuando nos levantamos el sabado a la madrugada, Tato se caga de risa y me muestra un pie hecho pelota. "Que te paso boludo?" y Tato nos conto que tuvo un sueño en el que era perseguido por un "rinoceronte pequeño" (sic), que lo obligo a treparse a un poste en Marquez y Panamericana (?). Cuestion que cuando Tato se sintio amenazado de muerte, tomo coraje, tomo carrera y le zampo un patadon al rinoceronte pequeño. Fue en ese instante que se dio cuenta que era sueño, y el patadon se lo pego a una pared de ladrillos con el revoque grueso ese rugoso tipo salpicre, asi que se hizo moco todos los dedos. Y el boludo encima se reia como un chico... Capitulo 4: El primer fracaso Segun estaba en nuestros planes, arrancabamos
a las 0800 de Malargue. Como ya es una sana costumbre, los sapiens estabamos
con tanque lleno y el mate listo puntualmente, aun los que habiamos llegado
a las 2 de la matina y habiamos dormido en la chata. Hugo nos modulo desde
la entrada de Malargue que se iba derechito a Las Leñas. A las
8 y 2 minutos arrancaron Carlos con Javier y Calze, mientras que con Tato
nos fuimos a ver si encontrabamos a los bipedos, ya que para variar no
estaban en el QTH a tiempo. Una vuelta por Malargue, pero los pibes no
estan. Ya en marcha hacia el punto de encuentro, lo vemos venir a Santi
a los requetepedos para alcanzarnos, y con cara de dormido nos dice que
no los despertaron y no se que otra sanata. Reagrupamos con nuestros compañeros
en la YPF de Las Leñas, y metimos trompa hacia el Valle. Eran como
las 10 de la matina, y los bipedos todavia no aparecian. Finalmente legamos a un lugar donde se podia vadear el rio. Habia claras huellas que el lugar era ese, estaba bien marcadito. Estando Calze con nosotros no habia dudas que el primero en probar tenia que ser el monstruo, asi que Edu tiro la Cherokee al agua, y sin despeinarse cruzo el rio.
Atras pasamos la Mitsu, que no tiene las
mismas cotas, y embarcamos algo de agua, aunque la corriente no nos saco
de curso y llegamos a la otra orilla sin drama. Atras cruzaron Carlos
y Hugo, y en ese momento llega un camion MB1114 4x4 color naranja. Resulta ser que el camion estaba yendo a
desarmar una base que estaba al otro lado del Santa Elena, donde habia
un campamento semi-permanente donde llevan turistas a caballo, les cobran
7 gambas y les preparan la comida, les lavan la ropa y les hacen pensar
que estan en el lugar mas recondito de la tierra. Y claro, son malayos
pero no boludos, los boludos somos nosotros que nos creemos que la Argentina
es nuestra.
De orilla a orilla les grito que pasen con el motor apagado, que el agua no daba mas alto de la cintura. No quisieron saber nada de mojarse, y con un ingenio abrumador se fueron 100 metros rio arriba donde habia tendido un cable de acero que transportaba una canasta como para cruzar dos cristianos a la vez. Los repartidores de pizza con mucho ingenio colgaron la primera moto con sunchos abajo de la canasta, y con un bipedo arriba agarrado del cable la tiraron para el otro lado, donde recibimos la moto y al bipedo mas joven que estaba feliz de jugar al comando volador.
Mandamos la cesta de vuelta, y lentamente se repitio la operacion, cruzando moto tras moto. Cuando vimos que tenian la cosa dominada, decidimos seguir camino a ver con que nos encontrabamos.
Ni bien llegamos al borde del Santa Elena, reconoci el lugar por las fotos que me habia pasado Ruleman, pero se parecia muy poco a la peligrosa ruta que me habian relatado. En efecto, estaba todo alisado por el paso de los camiones, asi que nos tiramos para abajo, al fondo del valle. Fuimos serpenteando junto al Arroyode la Carga, mientras el valle de a poco se cerraba.
Tratabamos de adivinar por donde corno se cruza el Cerro Mesa, que es la ultima gran barera para llegar al arroyo Tiburcio, y de ahi al sur al Valle Noble. Primero cruzamos una construccion de piedra en territorio Malayo donde paradojicamente ondeaba una bandera Argentina.
Bajamos a investigar un poco, un par de fotos y seguimos marcha.
Cuando ya estabamos proximos a lo que quedaba del campamento que estaban desarmando, sentimos de pronto un fuerte olor a nafta que emanaba del Montero. Seguimos un poco mas hasta el campamento y nos bajamos con Tato a investigar, y oh sorpresa!!! el tanque de la Mitsu tenia un flor de bollo y un tajo tipo hachazo de unos 5 a 7 cms de largo, por donde se nos escaban litros de nafta a borbotones.
De raje Tato se tiro abajo con un embudo y un bidon a tatar de recuperar parte del precioso combustible, mientras Calze nos prestaba unos bidones extra y un embudo de mas capacidad. Solo logramos salvar algo de 30 litros de los casi 80 que quedaban en el tanque. Mientras esto ocurria, escuchabamos como por radio les modulaban a los que estaban desarmando el campamento que la patrulla Malaya habia detenido en el lugar a nuestros bipedos, y que los obligaban a pegar la vuelta. Asi mismo comunicaban que habian notificado a Gendarmeria para que nos cerrara el paso en el caso que quisieramos "desacatarnos" y tirarnos a cruzar el Mesa. Nos pusimos a putear contra Malasia, los Malayos, la bandera Malaya, la historia Malaya, la comida Malaya, el gobierno Malayo, y los corruptos funcionarios argentinos que entregaron la zona y permiten que nos traten como argentinos en Malasia.
Mientras con Tato y Charlie nos quedamos reparado el tanque con masilla epoxi, Calze y Hugo fueron a meter trompa en el unico lugar por donde teoricamente se puede cruzar el Mesa. Avanzaron bastante hasta el Portezuelo, pero era al pedo insistir, teniamos que pegar la vuelta si o si para reunirnos con los bipedos, ya que ademas de que no los ibamos a largar duro teniamos su equipo de acampe. Ademas, la reparacion del tanque de la Montero no nos ofrecia garantias como para seguir adelante mucho mas tiempo con combustible escaso.
Reagrupamos, liquidamos varios salamines y un par de tintos, y emprendimos el regreso a Malargue, donde esperabamos encontar a nuestros compañeros y reparar el tanque averiado. El Torrecillas nos vigila.
Cuando llegamos a la YPF de Las Leñas le echamos nafta al Montero, y comprobamos que no perdia ni un poquito. Ahi mismo nos encontramos con un tipazo, Dieguito Lete, que andaba de vacaciones con la flia en su SW4. Llegamos a Malargue a eso de las 20, y mientras nos tomabamos unas cervezas con los bipedos y reviviamos la jornada, ya nos afilabamos para el dia siguiente. Conseguimos hotel medio sufriendo, fuimos a cenar chivito todos juntos, y nos fuimos a dormir para que Tato pudiera derles patadas a los Rinocerontes Pequeños. Capitulo 5: Abriendo tranqueras Mientras nos clavabamos el chivito con fritas y riguroso Malbec, discutiamos con los muchachos como y por donde continuar. Los bipedos nos sorprendieron con una muy buena noticia: habian conseguido a traves de un contacto de la ente del hotel un salvoconducto para transitar el viejo camino de La Valenciana. Este camino discurre desde Malargue (el camino de Castillos de Pincheira) hasta el Rio Grande, en medio de montañas y valles.
El salvoconducto venia acompañado de llaves de tranqueras y puentes, asi que celebramos la habilidad bipeda, y nos comprometimos a arrancar el viernes a las 07,30 con destino final Poti-Malal por el camino de la Valenciana. Despues de darle las patadas al pequeño rinoceronte de Tato, desayunamos en el hotel y nos reunimos en el estacionamiento. Como estabamos demorados unos 15 minutos debido a que en el hotel empezaban a servir los desayunos a las 7:30, a las 7:45 estaba dando vueltas alrededor del hotel Santi en la moto, levantando panes de pasto y haciendo un quilombo terrible para que salieramos de una vez. Parecia los apaches rodeando la deiligencia. En fin, arrancamos nomas 7:55 y empezamos a meter ritmo. Despues de un rato paramos a reagrupar y sacamos una foto de las chatas todas juntas.
Notese la diferencia en los angulos de ataque de las dos japonesas chicas contra los monstruos de Calze y de Hugo. Un dia despues esta diferencia nos haria dejar en el camino a las dos "chiquitas" para poder avanzar hacia la Negra.
Al poco rato lleamos a la primer tranquera de la estancia, donde al exhibir el pase nos abrieron de inmediato. A partir de ali los bipedos nos pasaron literalmente por arriba, y solo vimos la estela de polvo que dejaban detras. El paisaje aqui es hermoso. sobretodo para manejar, ya que tienen infinidad de subidas, bajadas, curvas, vadeos y pozos.
Otra de foto de los monstruos
En una de esas bajadas nos encontramos de frente con una tropilla que venia subiendo. Se trataba de un puestero y sus hijos que estaban subiendo a hacer la invernada cerca de Malargue, y traian algo de 500 cabezas de ganado bovino, algunos caballos y varios perros pastores. Mientras esperabamos que terminen de subir todos los animales, cosa que llevo casi 1 hora, compartimos unos mates y muchas anecdotas del puestero, que nos comento que el cruce que nosotros haciamos en pocas horas a ellos les tomaba 9 dias. Ademas de eso nos sorprendieron al contarnos que duermen bajo las estrellas, sin mas equipo que las camperas y un cuero de oveja. Nosotros con carpa, aislante termico, colchon, bolsa -10 grados y manta de polar nos CAGAMOS DE FRIO, y estos muchachos que me duermen a la intemperie....
Finalmente logramos que Javier dejara de acariciar caballos, vacas, ovejas, perros, etc y seguimos andando un buen rato, hasta estar en alcance con nuestros bipedos, que ya descansaban desparramados sobre el puente amarillo. Una vez llegados ahi, nos dedicamos por un buen rato a descansar y asesinar los clasicos salamines, mas algunos sanguchitos de atun, queso, vinasi y otros manjares. Los bipedos estaban locos de contentos, porque Nestor los tiene siempre cagando y no los deja parar ni para comerse una galletita, asi que con semejante servicio de catering nos ganamos su cariño.
Capitulo 6: El verdadero desafio Habiendo terminado la vianda, nos subimos a nuestros vehiculos y pusimos los aceleradores a tope para enlazar con Poti-Malal. Tardamos algo mnos de 1 hora, y aqui debo detenerme para admirar el andar de los bipedos. Van a FONDO, pero a FONDO. Varias veces tratamos de darles alcance, pero es imposible, entran a las curvas como vienen, siempre el acelerador enroscadisimo, la cola que parece que los va a pasar, levantando piedras y tierra. Sobretodo estan muy mal, pobrecitos, Pepe y Santiago, esos pibes no tienen el mas minimo cariño por sus huesos. Cuestion que los alcanzamos recien en Las
Loicas, donde nos esperaban con una cerveza helada. A esta altura pareciamos
mas bien un tour etilico mas que un viaje off-road. Reagrupamos justo en el puesto de Gendarmeria Nacional, destacamento Poti-Malal. Alli salieron a charlar con nostros hasta los perros de los gendarmes, ya que les llamo la atencion el bardo que eramos. Luego de las presentacion de rigor, y confesada la intencion de entrarle a la Negra, nos mandan a llamar al Cabo Olivera, supuesto experto en la zona ya que estaba destacado alli desde hace casi 20 años. Salio entonces don Olivera con cara de dormido, y lo ametrallamos a preguntas. Nos comento que "por ahi no pasan ni locos", y nos sugirio que fueramos para el lado de paso Pehuenche y alquilaramos unos caballos. Cuando le insistimos con la idea de entrar por Poti-Malal, nos dijo con tono canchero "y deanle, total es cerca, no hacen mas de 20 kms por ahi, si yo no paso con el Unimog, imaginense ustedes...." eeeeeeeeeeeeepa, que es eso de mojarnos la oreja? "Asi que no se puede avanzar mas Don Olivera? mire que estas son japonesas y ya tenemos nuestros kms sobre el lomo…" y ahi un poquito reculo. "Y bueh, si y yo rompo el Unimog me lo hacen pagar, pero igual te digo que no pasan, esta todo cortado eso, por ahi las motos hagan algo mas..." Les dimos las gracias, confirmamos que nos metiamos y que teniamos que sair el dia siguiente a la noche. Saludamos y nos metimos por la vera del Poti-Malal. Capitulo 7: El asalto final Empezamos a transitar un camino bien liso de ripio, que serpentea en un terreno montañoso. Asi, uno a uno, fuimos pasando por los distintos puestos que se separan pocos kilometros unos de otros.
Despues de andar algo asi como 15 kms, y despues de parar en varios puestos donde nos auguraron que el camino se cortaba, que era imposible, etc etc, empezamos a encontrarnos los primeros obstaculos dignos de mencion. El camino basicamente consistia en seguir el curso de un rio chiquitito, no mas de 3 metros de orilla a orilla y una profundidad de 50 cms, pero logicamente lleno de piedras.
Lo que haciamos era ir de una orilla hasta que se hacia imposible seguir por algna cortada o mallin, y ahi nos cruzabamos a la otra orilla, haciamos 50 metros y vuelta a cruzar. Vale destacar que esto lo haciamos bastante rapido gracias a que los bipedos nos relevaron todo el camino, investigaron cada paso posible, evaluaron cada obstaculo.
Siempre teniamos a un bipedo con handy que nos decia "por ahi no, hay una vega" o "crucen por aca que el piso esta mas firme". Un lujo, todo se hace realmente facil con semejante ayuda. Lo de los bipedos fue un trabajo abnegado, porque por nuestra culpa se demoraron muchisimo respecto al ritmo que podrian haber llevado andando solos.
Los ultimos 5 kms que recorrimos ese dia se pusieron un poco mas dificiles ya que encontramos bastantes mallines, y en algunos lugares nos soprendieron como se ve aca, que la Mitsu se enterro hasta los ejes pero de un solo lado, del lado contrario esta muy firme.
Tuvimos entonces que irnos a la parte mas alta del terreno, exigiendo un poco de mas los motores, a tal punto que la Chero de Edu pidio un poco descanso por sobretemperatura. Despues de avanzar hasta donde nos parecio prudente por la hora, nos pusimos a buscar un buen lugar para acampar. Ya se acababa la luz de dia, y pintaba una tormenta en el horizonte, asi que entre todos elegimos el lugar mas apropiado, pegadito al rio, y ahi nomas armamos un campamento que les daria envidia a los propios Malayos.
Cuando estuvimos acomodados, empezamos a devolver gentilezas a nuestros compañeros de 2 patas. Sacamos a la cancha toda la parafernalia Sapiens, que incluye ademas de morfi, sillas, mesas plegables, bidones con agua, bebidas varias, calentadores, reflectores portatiles, en fin, de todo.
Los bipedos nos miraban asombrados, ya que para ellos llevar un calentador portatil ya es una especie de lujo. Con decir que Santiago saco de entre sus pertenencias una botella de agua mineral rota, que adentro contenia una de 3/4 tinto, hecho de este modo para preservar tan codiciado bien. Los bipedos lo vivaron por tan noble hazaña, pero pronto vieron que los sapiens pelamos varias de tinto, gaseosas, tequila, y hasta Bailey’s y Tia Maria para el cafe. Los matamos.
Acto seguido empezamos con la preparacion de la cena comunitaria donde cada uno puso lo que tenia disponible, y asi armamos una mega-cena espectacular. Edu y Hugo nos tiraron francamente a la mierda, ya que entre sus vituallas tenian cosas inverosimiles como queso de cabra, jamon crudo y panceta!!!! Edu se mando una fritanga de panceta que estuvo para chuparse los dedos.
Fogata y vinasi, y una luna que iluminaba los fideos 4 quesos que tiramos dentro de la olla.
Toda la banda, menos Marquitos que tomo la foto. Algunos ya heridos de corcho...
Amanecimos al dia siguiente. La noche habia sido muy fria, los primeros en levantarse reavivaron el fuego, y poco a poco fuimos entrando en calor con el cafe y el sol. Fuimos desarmando el campamento y reacomodando todo en los vehiculos, y poniendo en marcha los motores.
La Toyo de Hugo se puso remolona y no queria arrancar, hasta que Pepe fue descubriendo que no le llegaba corriente a las precalentadoras. Les hizo un puente, y la Toyo arranco de una. Ahora si, todo el mundo en marcha.
Eran cerca de las 9 del dia sabado, y todos estuvimos de acuerdo en avanzar hasta las 2 de la tarde, y en ese momento evaluar si pegabamos la vuelta o si seguiamos un rato mas. En cuanto empezamos a andar la cosa se fue
poniendo mas y mas complicada. El terreno cada vez mas agreste se defendia
de nostros poniendos piedras en el camino, cortadas, vegas. A los bipedos
se les hacia dificil encontrarnos pasos viables porque …pero Carlos y Tato avanzaban con mas dificultad, mientras Javi y yo guiabamos las maniobras y corriamos algunas piedras peligrosas. Por ejemplo aqui se ve como en un vadeito la Mitsu levanta la patita pidiendo piedad.
Llego un momento que la cosa se puso jodida. Yo me fui caminando adelante unos 3000 pasos, y vi que se podia seguir, laburando, pero que se podia. Mientras volvia sobre mis pasos me lo encontre a Calze que ya habia cruzado una pendiente medio pronunciada, y le confese que la SW4 y la Montero iban a demorar la marcha por ser muy petisas, ya que lo que venia por delante era escarpado de verdad. Modulamos por radio con nuestros compañeros, y estuvimos todos de acuerdo: seguiriamos los 6 bipedos, y los 6 sapiens reacomodados en las chatas de Hugo y Calze. Cargamos el equipo necesario y seguimos.
Los 3000 pasos que yo habia recorido nos llevaron casi 2 horas de laburo, incluyendo un par de trepadas de esas lindas, que te erizan los pelos del brazo (para no decir del culo). Finalmente siendo la 1 y media, llegamos a una cortada temible, una bajada muy pronunciada como de 30 metros que desembocaba en el rio. El tema era: si tirabamos las chatas para abajo, habria lugar por donde subirlas a la vuelta? Ademas, se podia seguir avanzando?
Bajamos por un costado de la montaña y aparentemente habia un lugar que usando ancla, malacate y polea podria devolver las chatas al camino, no sin bastante laburo y riesgos. Faltaba saber si se podia seguir avanzando. Me meti en el rio y lo fui caminando, imaginando maniobras espectaculares que permitieran esquivar los quilombos que ibamos a tener si seguiamos por ahi abajo. Hasta que el rio se encajono de verdad y 2 piedras gigantescas caidas desde sabe Dios que altura impedia pasar ni caminando. Se me acabo la esperanza y el entusiasmo.
Module por el handy "game-over", y todos de algun modo supieron que no teniamos resto para mas. Bajo tambien al cauce Calze, y juntos subimos por la vera contraria, para comprobar que por ahi tampoco se podia subir con una chata, y anque creo que tampoco con motos. Pegamos la vuelta y fuimos al encuentro de nuestros compañeros, mientras los bipedos descansaban un rato esperando nuestra vuelta.
En cuanto emprendimos la vuelta, Calze se
ocupo de entetenernos. Agarro demasiada confianza trepando en ese monstruo
que tiene, y encaro una subida jodida medio regulando, y no se dio cuenta
que la subida estaba hecha mierda. Clavo una rueda ahi, y estuvimos a
milimetros de ponernos la Cherokee de gorra. Nos tuvimos que bajar con
Tato con mucho cuidado, y guiando un poco a Calze para hacer todos los
movimientos lentamente, logramos descolgarla, previo a haber soltado la
estabilizadora
A todo esto, cuando le pedimos ayuda a Hugo, cuando pego la vuelta se quedo empantanado en un mallin, asi que por un rato estuvimos con las 2 chatas quedadas. Una vez que liberamos la chata de Calze, empezamos a avanzar hacia la Toyo para sacarla, pero una maniobra desafortunada nos volvio a dejar al borde del vuelco.
Otra vez abajo tratando de sacar la Chero de la impronta. Despues de un rato logramos estabilizarla, pero lamentablemente no podia salir para atras del lugar donde estaba, y para adelante habia una pendiente fuerte de mallin. Despues de putear en arameo decidimos que la unica opcion viable era tirarla de punta al mallin, y de ahi tratar de salir a malacate. Asi lo hicimos y el mastodonte se enterro hasta los faros. Probamos varias veces de salir con el ancla, pero el tipo de piso no aguantaba nada, y el ancla se salia. Pobamos 10 veces sin exito. Al final encontramos una roca grande distante mas de 50 metros. Exprimimos al maximo el cable del Warn 9500, mas un par de eslingas, y ahi si de a poco la chata fue logrando liberarse.
Suelta la Chero, malacateamos la Toyo, y siendo las 3 de la tarde recien empezabamos a pegar la vuelta. "Javi Javi para Mug" ...
La salida de alli fue rapida, solo demorada mientras esperabamos que Pepe le hiciera una carburacion completa al 250 de Marquitos por tomar agua por la admision. Obviamente, mientras esperamos nos clavamos unos salames, quesos y manices. A las 6 y media ya estabamos todos en gendarmeria, donde le dejamos una dedicatoria a nuestro amigo del Unimog, y a partir de alli fuimos a Bardas Blancas donde nuestros bipedos reponian combustible en sus tanques casi secos. Seguimos a Malargue y a las 7:30 estabamos
todos reunidos, mugrosos y felices. Capitulo 8: Felices Pascuas El Domingo tempranito cada cual fue saliendo
de acuerdo a su apuro o necesidad, y nos fuimos encontrando por radio
primero y luego por Nextel. El grupo de gente funciono a la perfeccion, las maquinas respondieron a pleno, y la naturaleza nos cago a palos. Un agradeciemiento enorme de mi parte a los bipedos, a quienes a esta altura ya les tengo un respeto inmenso por las cosas que son capaces de hacer, y por ser unos tipos de reputisima madre. A Tato, Charlie, Javi, Edu y Hugo les doy
las gracias por haber formado parte de este grupo de intrepidos, y por
darle para adelante siempre, aunque la cosa estuviera dificil. Mug.
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